Limón y Sal le gana al Festival del Cetí en Arecibo

Tanto tiempo que estuve considerando comer cetí, de alguna forma, y decidí hacerlo en el festival que se celebra en Arecibo en honor al mismo. Llegué a las tres de la tarde cuando, supuestamente comenzaban las festividades el pasado domingo. Estuve allí hasta las cinco de la tarde y no llegaron los músicos. En el interim fui en busca del cetí. En los quioscos no quedaba, y recién habían abierto los puestos. Estaba desilusionada. En uno de los quioscos me ofrecieron otras frituras, pero no creo que voy a ir hasta el festival del cetí a comerme un “cheesedog”.

Estaba lloviznando y decidimos entrar a Limón y Sal. Había mucha gente, como es usual. Los había visitado anteriormente cuando comimos una excelente picadera, buenos tragos y tuvimos atención de primera. La música estaba buena, no demasiado alta. Decidimos comeralgo, ya que he establecido que no encontré cetí. Para nuestra sorpresa tenían cetí guisado con acompañantes para escoger. Pedimos canastas de plátano rellenas de cetí. Pensé que serían como arañitas o tostones rellenos. No obstante, resultó ser como un mofonguito relleno. Una masa tostadita por fuera y suave por dentro y rellena del famoso y elusivo cetí. El sabor del guiso riquísimo, así que pedimos otra orden. Salimos de allí muy satisfechos y nos fuimos, ya que todavía no había música en vivo aún.

Después, mucho más tarde, supe que se presentó Manny Manuel y me cuentan que estuvo muy concurrido y bueno. Pero yo, tranquila, cumplí mi misión de probar cetí, y cómo. Gracias Limón y Sal por no defraudarme y ofrecerme mi primera experiencia con esta delicia única y particular de Arecibo. Volveremos pronto.