Latitud Café: “What took me so long?”

El desayuno es mi comida favorita. Puedo comer desayuno a cualquier hora del día: almorzar pancakes, cenar una crema de maíz o avena y si sobra un pancake por la mañana me lo puedo comer, fácilmente, como merienda antes de acostarme. Así que también el brunch me llama por mi nombre. He visitado muchos lugares que se especializan en brunch y les presentaré en otro artículo mis favoritos, pero quiero dejarles mis impresiones de Latitud Café en la Carretera #2 en Vega Baja.

Desde la llegada ya es agradable, sus meseros y empleados así lo representan. El trato es muy agradable y sencillo. El espacio es acogedor, buena música de fondo y, lo más imperionante, el menú. La variedad de desayunos y brunch es asombrosa, pero igualmente interesante se lee acerca de los sandwiches, burgers, tacos, postres y demás oferta gastronómica. Entre lo que probamos estaba el Chicken sandwich, enorme y delicioso servido con papas fritas de la casa. Los desayunos de huevos revueltos llevan salchicha polaca. Los pancakes, grandes o pequeños, con un sabor exquisito haciendo honor a su nombre, como un bizcocho. El “plating” es hermoso. Los cafés, probé el latte y el capuccino (soy tradicional con mi café) que estaban riquísimos y muy bien presentados.

Lo más que me llamó la atención por lo único y original para mi, fue los huevos benedictos de “pulled pork” servido con fritas de malanga y una salsa holandesa de gandules. Esto, sin duda, fue la estrella del desayuno, inusual y delicioso. Es lo que busco cuando visito un restaurante, lo distinto y original. Hay varias opciones en el menú con esas características por lo que repetiré la visita y les contaré.

Fui el domingo así que tuve que esperar bastante tiempo para que nos sentaran, pero valió cada segundo de la espera. No abren los lunes y cierran temprano, a las cuatro, así que planifique bien para ir, pero no deje de ir y auspiciar lo local. “The icing on the cake” fue ver y saludar al encargado de la cocina, un exalumno de mis días de maestra, que se convirtió en un amigo fiel. Gracias por todo Ale, MUCH LOVE! Así culminó mi primera visita a Latitud Café.”I shall return!”