Que nos vamos pa’l Campito otra vez

Ya sé que les he hablado bastante de El Campito, pero es un lugar tan ameno y divertido, que estoy segura que les encantará. Ubica en Manatí y la mayoría de las noches tienen música en vivo. En esta ocasión tocaba Libertad del Alma (son “regulars” aquí, como yo). Excelente grupo: tanto las voces, las canciones, los instrumentos y arreglos musicales.

En este escrito les hablaré de la rica carne ahumada con tostones, la pasta en salsa alfredo de la casa y el dorado en salsa criolla. Si me leen, ya saben que no soy fan de la salsa alfredo, pero mi esposo si y siempre probamos nuestros platos. Aquí lo particular no es la salsa alfredo de la casa (que es muy buena), sino el churrasco. Queda blandito y con buen sabor. El filete de dorado tampoco es la estrella, la salsa lo es. A veces las salsas criollas son muy ácidas, demasiado rojas e intensas. La de El Campito tiene buen balance.

Y así, debo honrar a la figura de Blanco. Un perro que fue rescatado por los dueños del establecimiento y que es tratado como un rey. El mismo recibe y acompaña a los comensales con la tranquilidad más grande del mundo, humilde y sereno. Obvio, se come todo lo que le den. Siempre viste atuendos de temporada y luce muy elegante. Es la mascota de todos los que visitamos El Campito y es parte de la familia de este divertido y ejemplar lugar.