1930: Una experiencia culinaria de excelencia

Ceviche y ensalada de granos

El icónico Parador El Guajataca alberga este restaurante con hermosa vista al mar. El ambiente es acogedor e invita a explorar la historia del entorno, tanto del hotel como del Túnel de Guajataca, el antiguo tren y demás bellezas y sectores culturales que se encuentran en el área. Aunque el 1930 es un restaurante moderno y ecléctico, tiene un aire que habla de su historia. Los colores de la naturaleza, el olor a exquisita comida.

La oferta gastronómica es variada. Siempre busco lo distinto así que probé un plato vegano: el vegan mix que consiste de chips con ensalada de quinoa, guacamole, ensalada de granos y hummus. Lo primero es que los chips estaban calientitos y tostaditos. Me encanta el “crunch”. Los dips y ensaladas estaban riquísimos. Soy fan de la ensalada granos, en particular, y esta superó mis expectativas. El plato es para compartir, por tanto, lo compartí y asimismo probé la pasta penne con langosta, muy rica y la salsa alfredo de la casa es espectacular. Normalmente no me entusiasma la salsa alfredo, pero tengo que decir que la de 1930 supera a casi todas las que he probado.

En otra ocasión pedimos los clásicos sorullitos, muy bien tostados, sin quemarlos; me gustaron mucho. Esta vez pedí el ceviche con la ensalada de granos (en verdad es muy buena!), La acidez del ceviche estaba en su punto. Igualmente el filete de salmón en salsa criolla estaba muy rico.

También probamos dos mojitos enormes que estaban bien preparados. y el vino que sirven es de buen gusto. Las porciones son grandes sin ser exageradas. Platean elegantemente y el servicio de los empleados es agradable y sencillo. En fin, tienen una oferta gastronómica variada y sabrosa. Vale la pena visitarlos. Los alrededores del parador se encuentran bajo ampliación y remodelación y los trabajos están próximos a concluir. Esto le añade realce al entorno que naturalmente es hermoso. La amplia terraza se presta para visitarla en grupo familiar o de amigos. Seguro que sería una velada hermosa entre las hojas de la historia y la cultura, con el mar bravo de testigo.